A pesar de las denuncias de acoso laboral y sexual en contra del jefe del Departamento de Unidades de Primer Nivel de los Servicios de Salud del Estado, Oliver Ramírez Rodríguez, la secretaria de Salud, Mónica Liliana Rangel Martínez, lo ha mantenido en su cargo y la situación para enfermeras y compañeras de trabajo ha empeorado.
Denuncias de compañeras de Ramírez Rodríguez, quienes por seguridad pidieron mantenerse en el anonimato, dan cuenta de que a pesar de que hace algunas semanas se hizo público que el funcionario lleva a cabo prácticas de acoso, la situación no ha cambiado, incluso ha empeorado.
Ramírez Rodríguez fue denunciado en 2014 por acoso sexual, delito por el cual fue detenido en 2015, sin embargo, con el argumento de ser protegido del esposo de Rangel Martínez, Adrián Lárraga Zamarrón, volvió a la dependencia a pesar de sus antecedentes, e incluso, su carta de no antecedentes penales, obligatoria para ingresar al servicio público, es apócrifa.
Dicha constancia fue expedida por la Secretaría de Seguridad Pública y en ella aparecen datos eliminados. Específicamente fue expedida por el subdirector de la Unidad Jurídica del Fuero Común de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, Rodolfo Peña Velázquez.
Sin embargo, según el Registro Único de Trámites y Servicios del Gobierno del Estado, la constancia de no antecedentes penales debe ser expedida por la Dirección de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado.
“Ha provocado ya renuncias de enfermeras, a las que amenaza con mandarlas lejos, es imposible trabajar con él, se dirige a mí de forma grosera, con gritos, sin importarle que la gente se dé cuenta, en muchas ocasiones ha salido de su oficina, se acerca a donde yo estoy y me dice que soy una inepta, que no se hacer nada, que por eso él prefiere trabajar solo”, dijo una de las denunciantes.
Otra queja, de la cual hay testigos, es porque Ramírez Rodríguez hace pasar a su oficina a las enfermeras “y después de un rato salen llorando, diciendo que no van a acceder a las peticiones del doctor Oliver. Hasta donde me he dado cuenta, les pide tener relaciones sexuales con él para que puedan conservar su trabajo, o bien, para darles un código más alto”.
Ramírez Rodríguez, quien el 16 de agosto cumplirá un año de su nombramiento, en este poco tiempo se ha convertido en el terror de las mujeres que trabajan con él, pues lo definen como una persona que se enoja con mucha facilidad. “Le avienta los papeles a los compañeros, les dice que son unos pendejos y que él se encuentra en los Servicios de Salud bajo la protección de alguien muy influyente, ya no se puede trabajar así”.
Las denunciantes recuerdan que el doctor Oliver, como lo identifican, ya era conocido desde hace mucho por su forma de ser grosera y prepotente: “mucho tiempo dejo de trabajar en Salud, pero de repente regresó y más prepotente que nunca, todas tenemos miedo ya que siempre dice que él goza de mucha protección, y que así como regreso a Salud, tiene el poder para correr o contratar a quien le dé la gana”.
Rangel Martínez recontrató como empleado de confianza a Ramírez Rodríguez como jefe del Departamento de Unidades de Primer Nivel, con un sueldo mensual cercano a los 50 mil pesos, a pesar de la denuncia por acoso sexual ocurrida en 2014.
En esa ocasión, la denunciante refirió que desde hace años había padecido el problema con el médico, de quien en ese entonces dependía directamente Rangel Martínez. La trabajadora señaló que el acoso que había sufrido había escalado a niveles intolerables, por lo cual decidió proceder penalmente en contra del médico, quien fue cesado de la institución, pero hace un año fue recontratado y volvió con las mismas prácticas.
(CIRCULO ROJO)