Fue su viuda, Conchita Calvillo Alonso, la que convocó el 18 de mayo a conmemorar el 30 aniversario luctuoso del doctor Salvador Nava al pie de su estatua en la “Plaza de la Democracia”, no el nieto Xavier Nava Palacios al que le correspondía por ser el presidente del Frente Cívico Potosino.
La explicación es sencilla, la imagen pública del exalcalde Nava está hecha añicos, en pocos años dio muestras de su ambición de poder, del PRD pasó al PAN y luego a Morena, ahora coquetea con el MC.
Tiene cuentas pendientes con la justicia y fue inhabilitado por 18 años por violar un amparo al construir un puente sobre un predio ejidal y apenas hace unas semanas fue exhibido en un video bailando de manera muy sugestiva en la Feria de San Marcos con una mujer que no era su esposa Nancy.
El actual ayuntamiento encabezado por el priista Enrique Galindo presentó más de 100 denuncias por diversos actos de corrupción cometidos en el trienio navista, por desvío de recursos, uso de los programas sociales con fines electorales, se detectaron más de 60 aviadores con sueldos muy altos, la compra de luminarias de mala calidad a sobreprecio y mediante una licitación simulada y dos de sus principales colaboradores, Ricardo García Flores y Alfredo Lujambio Cataño, fueron acusados de acoso sexual a dos entrenadoras deportivas y una secretaria.
Con este panorama de corrupción y descrédito el navismo recordó el legado del doctor Nava y más que honrarlo mancharon su nombre. El maestro de ceremonias fue Hugo Stevens, un conocido militante de la ultraderecha potosina y hermano de Leopoldo Stevens, extitular de la Seduvop en el gobierno de Juan Manuel Carreras y que estaría por ser detenido por varios delitos.
Entre los principales invitados estaba el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, denunciado por daño moral, peculado, difamación, traición a la patria, uso ilegal del ejercicio público, entre otras, relacionadas con daños, tortura y violencia política, junto con otros de sus excolaboradores.
Sin dejar de mencionar que fue señalado también de encubrir a los autores intelectuales de la ejecución de la periodista Miroslava Breach Velducea, quien advirtió al panista que había sido amenazada de muerte y no hizo nada para protegerla a pesar de que la consideraba su amiga. Corral pasará a la historia como un protector de narcos panistas que fueron los que ordenaron el asesinato de la corresponsal de La Jornada. Durante el homenaje, Corral estuvo en todo momento al lado de la viuda de Nava.
Otro invitado fue el periodista Alejandro Caballero, autor de “Salvador Nava: Las batallas”, libro icónico publicado por La Jornada pero sin equilibrio periodístico, endiosa al doctor y sataniza a Fausto Zapata. En primera fila, Guillermo Pizzuto, navista de la vieja guardia pero que se le recuerda por el silencio que guardó cuando su consuegro gobernó la entidad, el panista Marcelo de los Santos, de los Amigos de Fox, y que saqueó el erario estatal y dejó endeudado a los potosinos.
En las filas de atrás se dejó ver Sebastián Pérez, el secretario general del trienio navista que acató la orden de Nava Palacios de violar los derechos humanos de Teresa Carrizales, era titular de una Oficialía del Registro Civil y como ella se atrevió a denunciar a Nava de corrupción, la policía la sacó a rastras y la encarcelaron unas horas, este hecho fue el inicio de la debacle navista.
Muchos de los invitados de la CDMX declinaron asistir y mejor enviaron mensajes en videos que se proyectaron en una pantalla, en su mayoría enemigos de la 4T: Javier Sicilia, José Antonio Crespo, Cuauhtémoc Cárdenas. Uno que salva por su congruencia y rectitud, es Lorenzo Meyer, le dedicó palabras de encomio al doctor Nava.
No fue una buena idea rendir homenaje al doctor Nava con tanto político corrupto, conservadores, enemigos del Presidente AMLO que siempre enaltece al galeno, el legado de dignidad fue cambiado por la ambición de poder y dinero de su propia descendencia, como su nieto Xavier Nava.
DESHONRAN LA MEMORIA DEL DOCTOR NAVA
A 30 AÑOS DE SU MUERTE
Fue su viuda, Conchita Calvillo Alonso, la que convocó el 18 de mayo a conmemorar el 30 aniversario luctuoso del doctor Salvador Nava al pie de su estatua en la “Plaza de la Democracia”, no el nieto Xavier Nava Palacios al que le correspondía por ser el presidente del Frente Cívico Potosino.
La explicación es sencilla, la imagen pública del exalcalde Nava está hecha añicos, en pocos años dio muestras de su ambición de poder, del PRD pasó al PAN y luego a Morena, ahora coquetea con el MC.
Tiene cuentas pendientes con la justicia y fue inhabilitado por 18 años por violar un amparo al construir un puente sobre un predio ejidal y apenas hace unas semanas fue exhibido en un video bailando de manera muy sugestiva en la Feria de San Marcos con una mujer que no era su esposa Nancy.
El actual ayuntamiento encabezado por el priista Enrique Galindo presentó más de 100 denuncias por diversos actos de corrupción cometidos en el trienio navista, por desvío de recursos, uso de los programas sociales con fines electorales, se detectaron más de 60 aviadores con sueldos muy altos, la compra de luminarias de mala calidad a sobreprecio y mediante una licitación simulada y dos de sus principales colaboradores, Ricardo García Flores y Alfredo Lujambio Cataño, fueron acusados de acoso sexual a dos entrenadoras deportivas y una secretaria.
Con este panorama de corrupción y descrédito el navismo recordó el legado del doctor Nava y más que honrarlo mancharon su nombre. El maestro de ceremonias fue Hugo Stevens, un conocido militante de la ultraderecha potosina y hermano de Leopoldo Stevens, extitular de la Seduvop en el gobierno de Juan Manuel Carreras y que estaría por ser detenido por varios delitos.
Entre los principales invitados estaba el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, denunciado por daño moral, peculado, difamación, traición a la patria, uso ilegal del ejercicio público, entre otras, relacionadas con daños, tortura y violencia política, junto con otros de sus excolaboradores.
Sin dejar de mencionar que fue señalado también de encubrir a los autores intelectuales de la ejecución de la periodista Miroslava Breach Velducea, quien advirtió al panista que había sido amenazada de muerte y no hizo nada para protegerla a pesar de que la consideraba su amiga. Corral pasará a la historia como un protector de narcos panistas que fueron los que ordenaron el asesinato de la corresponsal de La Jornada. Durante el homenaje, Corral estuvo en todo momento al lado de la viuda de Nava.
Otro invitado fue el periodista Alejandro Caballero, autor de “Salvador Nava: Las batallas”, libro icónico publicado por La Jornada pero sin equilibrio periodístico, endiosa al doctor y sataniza a Fausto Zapata. En primera fila, Guillermo Pizzuto, navista de la vieja guardia pero que se le recuerda por el silencio que guardó cuando su consuegro gobernó la entidad, el panista Marcelo de los Santos, de los Amigos de Fox, y que saqueó el erario estatal y dejó endeudado a los potosinos.
En las filas de atrás se dejó ver Sebastián Pérez, el secretario general del trienio navista que acató la orden de Nava Palacios de violar los derechos humanos de Teresa Carrizales, era titular de una Oficialía del Registro Civil y como ella se atrevió a denunciar a Nava de corrupción, la policía la sacó a rastras y la encarcelaron unas horas, este hecho fue el inicio de la debacle navista.
Muchos de los invitados de la CDMX declinaron asistir y mejor enviaron mensajes en videos que se proyectaron en una pantalla, en su mayoría enemigos de la 4T: Javier Sicilia, José Antonio Crespo, Cuauhtémoc Cárdenas. Uno que salva por su congruencia y rectitud, es Lorenzo Meyer, le dedicó palabras de encomio al doctor Nava.
No fue una buena idea rendir homenaje al doctor Nava con tanto político corrupto, conservadores, enemigos del Presidente AMLO que siempre enaltece al galeno, el legado de dignidad fue cambiado por la ambición de poder y dinero de su propia descendencia, como su nieto Xavier Nava.