BARROW, Alaska.- El cambio de hora y la reducción de las horas de Sol nos afectan a todos en nuestra rutina diaria: salimos menos por las tardes, nos quedamos más en casa y hacemos menos actividades al aire libre, tenemos más ganas de dormir y nos acostamos más temprano, cenamos también más pronto… Y eso que todavía tenemos horas de Sol cada día.
¿Cómo sería si, de repente, tuviéramos que vivir sin ver el Sol durante semanas enteras? Pues esta es la situación de miles de personas que residen en lugares como el norte de Suecia, Noruega, Rusia o Alaska, por nombrar algunos, que ya han entrado en lo que se llama la “noche eterna”, “noche polar” o “polar night” en inglés.
Pero, ¿qué significa “eterna”, en este caso? Pues estamos hablando de que el Sol, en el sitio más afectado por esta noche interminable, desaparece durante 65 días consecutivos: se oculta a mediados de noviembre y no volverá a salir hasta el 23 de enero del 2023, dos meses largos, pero a los que sus habitantes ya están habituados: su ánimo no depende tanto de la luz del Sol, como se suele decir de los países mediterráneos, y han aprendido a sobrellevar esta noche sin fin, aunque también tenga momentos difíciles. Eso sí, cuando sale el Sol después de 65 días, lo festejan con alegría y fiesta.
La noche polar es el equivalente a lo que se conoce como Sol de medianoche en los países del círculo polar ártico. Si durante los meses de verano, el Sol se puede ver durante las 24 horas del día, durante los meses de invierno se esconde, y aunque hay momentos donde hay algo de claridad, esta es muy débil.
El fenómeno de la noche polar se debe a la inclinación del eje de la tierra, en la que la falta de luz Solar dura más de 24 horas. De hecho, durante esta, el Sol no logra alcanzar una altura suficiente para aparecer por encima del horizonte en las regiones más cercanas a los polos: el resultado son semanas e incluso meses de oscuridad.
Obviamente, eso influye en su ánimo, pero es su realidad y están acostumbrados. El frío, como la noche, también es polar durante esta época, con una temperatura de hasta 20 °C negativos durante el mes de enero, y, por lo tanto, la vida cotidiana se lleva a cabo dentro de las casas y las calles son desoladas.