El hallazgo permitirá aprender cómo las partículas en el viento solar cambian con el tiempo y ayudará a proteger los satélites, naves espaciales y hasta los astronautas en misiones futuras
Científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) en conjunto con la NASA descubrieron que los cometas pueden tener su propia aurora boreal, algo que se desconocía en este tipo de cuerpos celestes.
Es la primera vez que se documentan tales emisiones electromagnéticas
Los expertos descubrieron un espectáculo de luces atmosféricas que anteriormente se habían visto en otros planetas y lunas, a través de los datos de la nave espacial Rosetta de la ESA sobre el cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko.
“Es la primera vez que se documentan tales emisiones electromagnéticas en el ultravioleta lejano en un objeto celeste que no sea un planeta o una luna”, dijo la NASA en un comunicado.
La nave Rosetta es el cazador de cometas más viajado y consumado de la exploración espacial desde que se lanzó en 2004 y, de acuerdo con la agencia espacial, ha estado orbitando dicho cometa desde agosto de 2014, incluso logró aterrizar en él en 2016. Los datos recabados con este estudio dieron como resultado el “resplandor diurno”, según detalló la NASA.
Al principio, los científicos creían que se trataba de un proceso causado por fotones de luz que interactúan con la envoltura de gas, conocida como “coma”, que irradia y rodea el núcleo del cometa. Sin embargo, al analizar a detalle los datos, demostró ser algo diferente.
“El resplandor que rodea a 67P / CG es único”, dijo Mariana Galand del Imperial College de Londres y autora principal del estudio.
¿Cómo se forman las auroras boreales?
En la Tierra, las auroras boreales se generan cuando las partículas cargadas eléctricamente que salen del Sol a gran velocidad golpean la atmósfera superior para crear destellos coloridos de verde, blanco y rojo.
Otros planetas como Júpiter, algunas de sus lunas, así como Saturno, Neptuno, Urano y Marte también han demostrado que tienen sus propias auroras boreales.
Según la NASA, en el cometa, “los electrones que influyen en el viento solar y la corriente de partículas cargadas que fluyen desde el Sol, interactúan con el gas en la ´coma´ del cometa rompiendo el agua y otras moléculas” que son invisibles a simple vista.
El hallazgo permitirá a los científicos aprender cómo las partículas en el viento solar cambian con el tiempo, algo necesario para comprender el clima espacial del Sistema Solar.
Además, los expertos explicaron que también ayudará a proteger los satélites, naves espaciales y hasta los astronautas que viajan por el espacio hacia la Luna y Marte durante las misiones futuras.