Sigilo de la muerte: Depresión y males que orillan al suicidio

jueves 10 de septiembre de 2020.

Este 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio

Momentos de crisis, depresión y enfermedades crónicas y otros malestares son los motivos que orillan al suicidio a al menos 800 mil personas en el mundo cada año, siendo los jóvenes entre 15 y 29 años la población más susceptible.

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubicó a los trastornos mentales como los principales factores que llevan a las personas a tomar esta decisión de quitarse la vida. La depresión y la confrontación de enfermedades crónicas, como el alcoholismo, fueron señaladas como las principales causas que motivan a tomar esta decisión.

Esta acción, considerada la segunda causa de muerte dentro de los jóvenes menores a los 30 años, se lleva a cabo con frecuencia incitada por el impulso que provocan momentos de crisis, en donde sentimientos como las rupturas de una relación y la perdida de un familiar, así como el fracaso profesional como académico y el rechazo del entorno inmediato alientan este deseo.

Suicidio, un mal que se puede prevenir
La prevención y control del suicidio es posible, por lo que expertos han destacado la importancia de prestar atención a los síntomas que se han anotado que pueden llevar a una persona a tomar esta fatídica decisión.

Entre los comportamientos que predominan en las personas sensibles a privarse de la vida se encuentran hablar del suicidio con frecuencia, comprar un arma, almacenar pastillas y experimentar cambios radicales de humor, esto al presentar comportamiento eufóricos un día y desidia en el consecuente.

Una ansiedad constante, un constante consumo de drogas o bebidas alcohólicas, así como ejercer actividades arriesgadas o autodestructivas, también forman parte de los comportamientos que se deben tomar en cuenta al momento de prevenir este tipo de actos.

La OMS ha recomendado restringir el acceso a utensilios que puedan facilitar la muerte, tales como plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos. Además ha exhortado a las autoridades escolares a tomar en cuenta esta causa de muerte y evitar el tratamiento obsoleto del tema, que aún hoy es concebido como un tabú.

Otro de los aspectos importantes es dar seguimiento al comportamiento de personas que intentaron suicidarse, las que con probabilidad necesitarán apoyo profesional, aunado de la participación familiar quien tendrá que involucrarse para un desarrollo efectivo, que permita al doliente seguir adelante con su vida.

Pobreza y comunidad LGBT, vulnerables al suicidio
En su libro “El Suicidio”, Émile Durkheim define que a este acto como “todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado”; en síntesis, el INEGI lo define como “la acción de matarse a sí mismo”.

De acuerdo con estimaciones de la OMS, el 79 por ciento de las muertes por suicidio durante el 2016, (estadística más reciente) fueron efectuadas en países de bajos recursos, pues una de las principales motivaciones por las que las personas deciden quitarse la vida tiene que ver con la imposibilidad de enfrentar problemas financieros.

El organismo internacional puso especial atención en la perdida de vidas de personas pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, trasvesti, intersexual y queer), ya que la estigmatización social somete a los miembros de esta comunidad a ser víctimas de discriminación y presión.

El día Mundial para la Prevención del Suicidio se conmemora el 10 de septiembre y tiene la intención de demostrar que estos actos se pueden prevenir.

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