A través de una publicación en redes, las presuntas responsables aseguran que no sabían que el lomito tenía dueña, pues se encontraba solo y con aparentes problemas de salud…
El pasado martes 29 de agosto, una usuaria de Facebook de nombre Pau C. denunció públicamente a dos vecinas quienes, supuestamente, habrían tomado a su perro de 14 años de nombre Tai para llevarlo al veterinario y sacrificarlo, en la capital potosina.
“Estas dos mujeres, que son mis vecinas de enfrente (que veían siempre a mi perro en mi cochera), el día de hoy se encontraron a mi perro sentado afuera de mi casa y decidieron llevarlo a dormir”, señaló en su publicación.
Asimismo, relató que al preguntarle a las mujeres a dónde se habían llevado al perro, le respondieron que con el doctor Alejandro Villela Reyes, quien, al verlo en un estado grave de salud, decidió sacrificarlo.
La publicación, la cual incluía fotos de las chicas en la veterinaria y captura de pantalla de sus perfiles de Facebook, indignó a la población potosina, ya que cuestionaban cómo es que alguien puede agarrar a un perro de raza de la calle, sin preguntar de quién es y llevarlo a una veterinaria a sacrificarlo.
De esta manera, especulaban que se había tratado de un “acto premeditado”, debido a que presuntamente las chicas ya sabían que ese perro era de sus vecinos.
“Estaba solo, sucio, enfermo y sin supervisión”
Por otro lado, la ciudadanía también cuestionó la denuncia al percatarse de que ahí mismo se admitía que el perro estaba solo y enfermo en la calle sin supervisión, acto que también podría tomarse como maltrato animal.
Además, defendieron al veterinario que realizó el procedimiento, ya que tiene una reputación de excelente especialista y que siempre velaba por el bienestar de los animales.
Fue hasta el día de ayer que las acusadas se defendieron y publicaron un comunicado a través de una cuenta anónima en Facebook. El perfil se hace llamar “Contexto completo”, en el que explicaron que, en un día común y corriente, se encontraron a este perrito en la calle afuera de su casa.
“El día 29 de agosto, aproximadamente a las 12:30 de la tarde, llegué a mi casa con mi amiga, vemos a un perrito en la calle, solo, sin collar y sin placa de identificación, muy flaco y que se encontraba en una situación muy mala. No podía caminar, se tambaleaba, olía muy mal como si no hubiera sido bañado en un tiempo, tenía costras en su pelaje y uñas muy largas”, detalla.
Las amigas narraron que, al ver el mal estado del perrito, decidieron ofrecerle comida y agua, y el can los “aceptó de manera atrabancada”, lo que les hizo pensar que llevaba sin comer un buen tiempo.
Por lo tanto, decidieron llevarlo a una veterinaria, con el objetivo de ayudarlo y luego encontrarle un hogar.
“Cabe mencionar que llevo un mes viviendo en esa casa y, por la mudanza reciente, no había tenido oportunidad de interactuar con los vecinos ni sus mascotas, es por esto que no sabía que el perro tenía casa, ya que nunca lo había visto, contrario a lo que mencionan los dueños”, recalcó.
“Estado muy crítico”, arrojaron estudios de sangre
Al llegar a la veterinaria y al contarle la situación en la que se encontraba el perro, el médico procedió a hacer un examen físico, muestras de sangre y estudios radiográficos, cuyos resultados arrojaron que éste contaba con dificultad respiratoria, secreción nasal, ojos hundidos, falta de piezas dentales, deshidratación, masa en abdomen, fiebre, insuficiencia cardiaca congestiva, cardiomegalia, masa en abdomen a nivel de hígado y presencia de líquido en cavidad abdominal, por lo que, junto al médico, decidieron que lo mejor sería practicarle una eutanasia sin dolor.
Al llegar a su casa, sus vecinos les cuestionaron sobre el perrito, por lo que ellas procedieron a contar lo sucedido y decidieron acudir todos juntos a la veterinaria para corroborarlo: “Regresamos a la veterinaria y los insultos continuaban sin que pudieran escuchar la versión completa de cómo sucedieron las cosas.
Además de insultos, mencionaron cosas como ‘te vale madre si el perro estaba en la calle’, ‘el perro no podía ni caminar, apenas daba tres pasos’, ‘nunca se iba por eso confiábamos que no avanzaba’, ‘el perro tenía 14 años’, ‘sí sabíamos que se iba a morir’, ‘por qué va a tener collar’, aceptaron que yo rescaté al perro y no lo robé como lo hacen parecer”.
Las expusieron, pese al diagnóstico médico.
Asimismo, explicaron que en ningún momento se burlaron de la situación, que se sentían muy mal y que incluso corrieron con todos los gastos, incluyendo la urna más cara para las cenizas del perro. Por lo que fue su sorpresa que, más tarde, había una publicación en Facebook exponiéndolas, incluso con sus datos personales.
“Comenzamos a recibir insultos a través de mensajes, comentarios en publicaciones, amenazas físicas, inclusive amenazas de muerte con contenido gráfico, por lo que decidí acudir a la fiscalía a presentar una denuncia por amenaza de muerte y exponer mi versión de los hechos”, destaca el comunicado de las afectadas.
Por último, aseguraron que no se robaron al perrito, debido a que éste no traía collar, ni identificación, que parecía de la calle, que tenía 14 años y estaba en estado crítico.
“En virtud de las amenazas que mi familia y yo recibimos los hago responsables de cualquier incidente que afecte la seguridad de ellos o la mía”, finalizaron.
{El Universal}