El nuevo Aeropuerto de Tulum se construye en el municipio Felipe Carrillo Puerto, en un predio de 1,200 hectáreas, que se tiene previsto terminar a final de año. Desde allí, el gobierno federal tiene previsto que Mexicana de Aviación tenga una de sus dos bases de operaciones –la otra en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) –, además de algunas de sus 20 rutas iniciales, alimentadas por una capacidad de hasta 4 millones de pasajeros anuales.
Mayor competencia para Asur
El Aeropuerto de Tulum tiene el potencial de arrebatarle pasajeros al de Cancún y Cozumel, principalmente, y esto no es historia nueva para Asur, que ante la potencial pérdida de pasajeros, ha advertido que tendría que reducir sus inversiones.
El Aeropuerto de Cancún, operado por Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), atendió por primera vez a más de 30 millones de usuarios. Entre éste complejo, el Aeropuerto de Cozumel y el de Mérida, el operador aeroportuario recibe alrededor de 34 millones de pasajeros anuales en la Riviera Maya.
La construcción de un aeropuerto es un proyecto que se ha planteado desde 2009, e incluso se lanzó una licitación que fue declarada desierta, lo que impidió continuar con el proyecto. Desde entonces, Asur advertía que si bien no podía predecir el efecto de una nueva terminal en la región, para 2010 se acordó con la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que se ajustaran los programas maestros de desarrollo –es decir, las inversiones en los aeropuertos– y las tarifas máximas en los tres meses posteriores al otorgamiento de la concesión para el nuevo aeropuerto.
En fechas recientes el grupo aeroportuario no ha dado mayores pistas sobre este proceso, pero sí ha dado señales de que la puesta en marcha de un nuevo aeropuerto incidirá sobre su plan maestro de desarrollo, que por ley debe presentar con horizontes de cinco años, y que en este quinquenio implicó una inversión total de 12,306 millones de pesos.
“Hemos hecho nuestro estimado de cuánto tendrá este aeropuerto [Felipe Carrillo Puerto] y cuál será el efecto en nuestro aeropuerto de Cancún. Pero (…) estaremos discutiendo esto hacia la segunda mitad de este año”, dijo a inicios de año Adolfo Castro, CEO de Asur, en una llamada con analistas para discutir los resultados del último trimestre de 2022.
Para Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo, el arrebato de pasajeros del nuevo aeropuerto de Tulum no sólo sería en términos de volúmenes, sino también de gasto, debido a la categoría de turistas que visitan este destino caribeño y que, más allá de un tema de costos, ahorrarían tiempos de traslados.
“El perfil socioeconómico de ese sector es de alta derrama económica. Normalmente la gente que va a Tulum y Riviera Maya es gente pensionada, principalmente de Estados Unidos, España, Alemania, Inglaterra; eso conlleva una derrama económica muy distinta a los spring breakers”, explica.